
Este sería el título del bolero más conocido de la pianista y compositora mexicana Consuelito Vázquez, escrito en 1932 cuando la autora apenas contaba los 16 años, y que han interpretado artistas de la talla de Antonio Machín, Luis Miguel, Nat King Cole o los mismísimos The Beatles. Sin embargo, nadie olvidará la apasionada versión de una maravillosa e imponente Sarita Montiel en la película ‘Noches de Casablanca’ seduciendo a un encantador Maurice Ronet. Y es que esta joven jalisciense (de Jalisco) bien sabía, pese a su corta edad, de la importancia de los besos.
Aunque los mismos pueden tener diferentes significados y connotaciones; desde el símbolo de una traición, como la de Judas, al gesto más propio del saludo, aunque aún están prohibidos o mal vistos en algunos países; son expresión máxima del amor, como inmortalizarán en sus versos los poetas románticos del siglo XIX.
Pese a ser un acto tan cotidiano, poco se sabe aún de su origen. Hay quien lo situaría en la India por unos escritos del año 1.500 a. C. en los que se habla de “lamer la humedad de los labios”. No olvidemos que este es el país del Kamasutra. También se discute si es una herencia biológica-antropológica, pudiendo haber sido protagonizado el primer beso por una madre de pájaro y su cría al proporcionarle la comida, o es de origen cultural. Sea como fuere el beso es uno de los arrumacos más populares a lo largo y ancho del planeta tierra, aunque hay quienes prefieren besar la nariz o las manos a hacerlo en los propios labios.
Hay besos históricos como el que la revista Life eligió para celebrar el fin de la Segunda Guerra Mundial entre un soldado y una enfermera que ni se conocían. O uno de los más fotografiados en la capital alemana estampado en uno de los grafiti de los restos del muro de Berlín que recoge un beso de tornillo entre los ex líderes políticos de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev, y de la República Democrática de Alemania, Erich Honecker.
También los hay icónicos y muy cinematográficos como el que comparten en el agua y entre las olas Deborah Kerr y Burt Lancaster en ‘De aquí a la eternidad’. Y por supuesto, polémicos, como el que intercambiaron Britney Spears y Madonna en 2003 en los premios MTV.
Sea como fuere, y ahora que se puede, no dudemos en besar, cada cual como guste. Yo, tardos y pausados, que como decía Ramón Gómez de la Serna: “Como daba besos lentos le duraban más lo amores”.