“Con lo que tú vas a la universidad, no salgo yo ni a bajar la basura”, le decía una amiga de mi hermana a ésta cuando atravesaba la etapa más grunge de su vida. Por aquel entonces vestía como si hubiese elegido las prendas del armario completamente a oscuras. Sin embargo, me consta que ella y, lo que es más sorprendente, unos cuantos más la veían estupenda -tengo que decir que a su favor jugaba que ha sido siempre una mujer guapísima, así que lucía bien cualquier trapito que se pusiera -. Mientras otros tantos, no podíamos dejar de preguntarnos, a lo Mourinho, ¿por qué? Por suerte, esa fase pasó.
Con los años me voy dando cuenta que la ausencia absoluta de gusto está mucho más generalizada de lo que una se podría imaginar, y que los desaciertos estilísticos son protagonistas también de momentos históricos y numerosas portadas en revistas y periódicos. En el mundo de las celebrities es algo que forma parte del espectáculo -¿alguien puede olvidar los estrambóticos vestidos de Lady Gaga?-, pero el vestuario y el estilismo han sonrojado en los últimos tiempos también a algún político que otro, que suelen ser austeros y aburridos por no pecar y que cuando arriesgan, no siempre aciertan.
Comenzaré recordando algún patinazo de importantes jefes de estado. Si la recién nombrada ‘Persona del Año’ para la revista Times, Ángela Merkel, nos tenía acostumbrados a su sobrio y rígido estilo, el modelito que eligió para la inauguración de la Ópera Nacional de Oslo a lo femme fatale con gran escote y collar de perlas dejó sin aliento a medio planeta. Quizás por eso terminó decantándose por el mismo traje de falda y chaqueta recta en toda la paleta de colores imaginables. Apostando por lo seguro.
En España también tuvimos políticas que arriesgaron, como la ex vicepresidenta de Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega, quien fue capaz de incluir en un mismo modelo todos los tonos del arco iris y que, por lo visto, ha mejorado bastante con los años. O la ex ministra de Defensa, Carmen Chacón, quien a mi parecer lo hizo con bastante más éxito al vestir de smoking durante la celebración de la Pascua Militar en 2009. Si bien es verdad que en cuestión de atrevimiento en los looks han ido siempre las socialistas más aventajadas, no podemos olvidar el outfit de Ángeles González Sinde, con firma española, en la entrega de Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Y es que está claro que el mal gusto no entiende, entre otras cosas, de signo político. Y para muestra, un botón. En el que ha sido el programa más visto del año, ‘7d, El Debate Decisivo’ los cuatro candidatos, bueno tres candidatos y una vicepresidenta del Gobierno, hicieron gala con mejor o peor fortuna de todos sus trucos y herramientas de comunicación política: el boli de Iglesias, las sonrisas de Sánchez o los bailecitos de Rivera. Así, sus asesores habrían medido hasta el último detalle de la presencia de sus líderes en el plató, pero, desde una perspectiva un tanto frívola, para mí los atuendos fallaron.
Rivera, dentro de lo correcto, el traje era, para mi gusto, demasiado formal y, a todas luces, una talla menos de la que necesitaba. Sánchez aunque tiene planta y eso ayuda, me pareció totalmente falto de originalidad. Decir que ambos coincidieron en el color de la corbata, quizá fue lo único en lo que estuvieron de acuerdo en el debate. A Iglesias, que iba en su línea, no le hubiese venido mal una chaqueta para disimular ‘el Camacho’; y pese a que me divirtió bastante su intervención en el mismo, la imagen con sus compañeros de partido y asesores abrazándose al cierre me pareció más una estampa a la puerta de un instituto que de un partido político. Por último, la mujer y la única que no opta, que al menos sepamos o de forma explícita, a la presidencia del Gobierno Sáenz de Santamaría mimetizándose con las fechas navideñas hizo gala de una chaqueta de terciopelo azul al más puro estilo capa de Rey Mago, un tejido que se está convirtiendo en algo característico de su look, pues también lo eligió para el bailecito que se marcó en ‘El Hormiguero’, y que también recuerda a la querencia de González por la pana…