No somos unas ‘fashion bloggers’

DSC_0698

Lo que comenzaba con la idea de ser un post sobre looks y outfit informales para el fin de semana, al más puro estilo super fashion bloggers’, se convirtió en una divertida tarde fotográfica en familia en el parque. Y es que una siesta en ‘casa di mama’ puede acabar en cualquier cosa.

Al amparo de un par de cafés, mi hermana y yo fantaseábamos una vez más, mientras los demás dormían, con la idea de tener un blog conjunto en el que, como ahora, compartir nuestras experiencias, nuestras aventuras, nuestros consejos y nuestro día a día. Sin la menor pretensión, por el simple hecho de que nos gusta escribir y nos resulta bonito pensar en tener ese testimonio gráfico y escrito de nuestras vidas en un futuro; algo así como el antiguo diario que utilizábamos de adolescentes, pero en este caso multiplicado por dos. Dos caras de la misma moneda. ¡Podría estar bien! Nos decimos a nosotras mismas, y seguro que además resulta muy divertido.

Cuando la cafeína empieza a subirnos a la cabeza, y bajo la mirada extrañada de nuestra madre, posiblemente porque se perdería entre tanto término anglosajón: look, blog, post, outfit…, decidimos dar un primer paso en nuestro proyecto programando un simulacro de sesión fotográfica imitando a las súper estrellas de los blogs que nosotras mismas seguimos. En poco más de quince minutos y cargadas de cámaras de fotos, niños, carricoches, juguetes y maridos nos plantamos en el parque que hay justo debajo de la casa de mi madre. Imaginen la estampa.

Lo más difícil fue empezar, porque evidentemente no estábamos solas, y resulta un poco ridículo ponerse a posar, sobre todo cuando no sabes y con tanto público, que además son de tu pueblo y te conocen de toda la vida. Seguro que pensaron… ¡Vaya par! Primero yo a ella, luego ella a mí, pero no terminábamos de verlo. Cuando más naturales intentábamos parecer, más forzada era la pose. Hasta nuestros ‘chicos’ nos apoyaban en nuestro empeño y se prestaban no sólo a hacer de fotógrafos sino a participar de la sesión. ¡Menuda paciencia!

El resultado fue el descubrimiento absoluto e incuestionable de que no somos unas ‘fashion bloggers y no sabemos posar, pero también que lo pasamos genial todos juntos y que cualquier excusa es buena para reírse y pasar un buen rato.

DSC_0716

¡Juzguen ustedes mismos!

  • Primero las que se pueden salvar…

 DSC_0566

DSC_0544

DSC_0671

DSC_0724

DSC_0696

  • Y ahora algunas de las más divertidas:

Cuando el frío hacía acto de presencia.

DSC_0712

DSC_0541

Con los ‘chiquis’ reclamando protagonismo desesperados de vernos hacer el ‘panoli’.

DSC_0640

DSC_0652

Y lo mejor, cuando intentando ser naturales nos quedaba todo taaaaaan forzado y la risa no nos dejaba posar.

DSC_0700

DSC_0685

Continuará…

Con calcetines y a lo loco

12633502_10153906121988914_5097442212224468155_o.jpg

Decía Marlene Dietrich que “nos reímos de la moda de ayer, pero nos emocionamos con la de antes de ayer cuando está en vía de convertirse en la de mañana”. Y es que la moda además de ser, como dicen, cíclica, en ocasiones resulta ciertamente enigmática, porque hay tendencias imposibles de entender. Si intentando definirla, uno aplica únicamente el criterio estético, se dará cuenta de que hay determinados estilos que no encajan. Si apela al social, tampoco justifica ciertos modismos. Y si consideramos el de utilidad, no tengo que recordarles lo incómodos que resultan algunos looks de última moda. Entonces, ¿cómo surgen las tendencias, pues?

Teniendo en cuenta que en mis años universitarios en ‘La Complutense’ cursé una asignatura de libre configuración que llamaban ‘Semiótica y Sociología de la Moda’ impartida, curiosamente, por Jorge Lozano, hermano de la periodista del corazón Lidia Lozano, estaba predestinada a encontrar, tarde o temprano, la respuesta. Lo que nunca imaginé es cómo se me revelaría tal conocimiento.

¿Sabéis ese momento después del verano en el que abres tu cajón de la ropa interior y en un arrebato casi demoniaco decides tirar a la basura, sin contemplaciones, todas las medias que se te ponen delante porque consideras que están viejas y usadas? Seguro que no os suena extraño… Por ese mismo motivo, también sabréis a lo que me refiero cuando uno justifica ese momento de furor irracional mintiéndose a si mismo con un “en cuanto pueda, compro nuevas y las repongo”. Pero ese ‘en cuanto pueda’ nunca llega, no por falta de ganas, sino de tiempo. Y una mañana te levantas, compones el conjunto de la jornada, y cuando vuelves al cajón de la lencería… ¡Horror! Tus medias yacen en la basura desde hace meses y jamás repusiste la mercancía. ¿Qué ocurre? Improvisas y te marcas un look con zapatos de salón y calcetines pensando “voy a ser súper moderna”. Eso sí intentando que estos sean lo más discretos posibles y evitando animalitos y dibujos infantiles.

Pero claro, esta circunstancia no pasa desapercibida en tu entorno que desvía miradas furtivas a tus pies, en los casos más discretos, y te espeta “pero qué te has puesto”, en los menos prudentes. Y es que ni tú misma atisbas ese punto de moderna. Sin embargo, según van pasando las horas, te das cuenta de que no queda tan mal, y que además la ocurrencia te ha salvado de una emergencia. Y te vas consolando pensando en que “si se lo ponen las blogueras y van tan estupendas, por qué no puedes hacerlo tú”. Te has convencido a ti misma , y una vez que has conseguido la máxima, empiezan a llegar el resto de comentarios de aprobación y, sobre todo, mensajes con mucho humor que convierten la anécdota en algo simpático. Tal fueron las reacciones que decidí que el mundo entero debía conocer el hallazgo y compartí la foto en mis redes sociales, lo que sumó más comentarios ingeniosos a mi mañana: “Aún me río, has estado sublime”, María Jesús Quiñonero; “Marcando tendencia”, Lola García; “Te comprendo Mónica”, Toñi Abenza o “No pasa nada. Al fin y al cabo, siempre se ha dicho que los locutores presentan el telediario en calzoncillos”, Alfonso Alcolea; y risas, muchas risas, porque no hay nada más sano que reírse de uno mismo.

El caso es que entre broma y broma al final unos cuantos quedaron cautivados con la tendencia. Y es que todo es, cogerle el puntico al look. Vamos que si Karl Lagerfeld se cruza conmigo, en la París Fashion Week del año que viene desfilan todos como en los ochenta se marcaban algunos sus outfit discotequeros: zapato negro y calcetín. Y es que la moda nace de situaciones de urgencia, emergencia, necesidad e improvisación. ¿Cuántas atareadas madres (como locas) marcan tendencia con sus calcetines de diferente color? Sin embargo, moderemos nuestra transgresión que “no hay nada tan peligroso como ser demasiado moderno”, decía Óscar Wilde.