La primavera, la rutina altera

Alergias aparte, la Primavera trae consigo el habitual cambio de hora que junto a las variaciones meteorológicas propias de la estación provocan alteraciones en nuestro organismo sufriendo ciertos efectos que nos hacen sentir como ‘resacosos’ todo el día, pese a que no hayamos ingerido un gramo de alcohol. Esto se debe a la denominada ‘astenia primaveral’ una sensación de fatiga, cansancio, somnolencia, dolor de cabeza, falta de memoria, tristeza y, en los peores casos, cambios repentinos de humor. ¡Si ya es difícil convivir con uno mismo, imagínense hacerlo en estas condiciones! Sin embargo, la buena noticia es que es pasajera y que además se puede combatir con determinados alimentos o cambios en nuestras rutinas.

Según los expertos nuestros aliados contra esta ‘depre’ primaveral podrían ser, en la mesa, la fresa, el aguacate, el limón, los plátanos, las almendras, la verdura de hoja verde y los cereales integrales, entre otros. Asimismo, también pueden ayudar la práctica habitual  de ejercicio y un adecuado descanso que nos obligaría a adelantar un poquito la hora de irse a la cama.

Y además de todo esto, os voy a contar lo que a mí mejor me funciona contra el decaimiento, coincida con la estación que coincida. Mi mejor forma de luchar contra la desmotivación es estableciéndome nuevos retos que me obliguen físicamente, mentalmente e incluso que apuren mi voluntad. Así, he comenzado mi plan anti astemia modificando e incluyendo nuevos hábitos y rutinas en mi día a día.

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  1. Ejercicio diario. Alentada también por la famosa operación bikini, para que no me pille como siempre en ‘bragas’, he vuelto a subirme de nuevo a la bicicleta, aunque he de reconocer que estos reencuentros no suele ser del todo buenos, al menos al principio. Media hora diaria, de momento y hasta coger el ritmo. Además, un día a la semana voy a probar con el ‘Pilates’, ya os contaré en otro momento qué tal.
  2. Ducha Nocturna. La practica de actividad física tras la jornada laboral, implica que obligatoriamente hay que pasar por agua antes de ponerse el pijama -aunque por la mañana repita, pues soy de las que no sabe salir de casa sin pasar por la ducha-. Corta, con agua caliente y que finaliza con la rutina facial de noches relaja lo suficiente para encarar una velada satisfactoria para el descanso.
  3. Lectura en la cama. He recuperado el hábito de leer para coger el sueño, lo que consigue desestresarme considerablemente.
  4. Madrugar. Al amanecer antes también apetece salir antes de la cama, lo que en mi caso me ayuda a estar más activa durante la mañana.
  5. Alimentación ligera y saludable. Lo que también ayuda para ponerse a punto para el verano. Mucha fruta, verdura, agua y alimentos bajos en grasas para combatir el cansancio.
  6.  Volvemos a estudiar. Pero como he dicho, no sólo entreno mi cuerpo y mi voluntad, sino también intento hacerlo con mi mente. Para ello comienzo con mis clases de inglés, en este caso tutorizada y asesorada por una amiga, para examinarme del B2 lo antes posible. Aspiraciones que una deja atrás y que siempre es interesante retomar.

Estos son mis recursos, no son ciencia, pero a mí me funcionan. ¡Suerte con la Primavera!

Mi rutina de cuidados faciales nocturnos

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Suelo bromear con la idea de que en un supuesto extravío de equipaje en el aeropuerto, prefiero mil millones de veces que pierdan mi maleta a mi neceser, porque el ‘precio estimado’ del segundo superar con creces el del primero. Y es que durante los últimos años he descubierto la importancia de invertir en ciertos productos como los zapatos, abrigos y, por supuesto, cosmética y maquillajes. No es que me maquille en exceso, todo lo contrario, suelo usar un look bastante natural, pero sí me gusta que los productos que utilizo no sólo no dañen mi piel, sino que además la cuiden.

Así, es importante que los cuidados de la noche sean los adecuados, porque puede resultar falta irse a la cama con los restos de maquillaje y polución en el rostro. Por ello, aunque reconozco que no voy sobrada de tiempo, sí que me tomo tiempo en mi rutina nocturna.

Lo primero es la limpieza. Comenzando con la de los ojos con un desmaquillante de Sisley que me encanta, porque con unas pocas gotitas y una pasada (sin frotar para no provocar arrugas) elimina hasta los restos del rímel más potente. Siempre con discos desmaquillantes grandes y suaves.

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Después, con un nuevo disco, ponemos un poco de agua micelar, yo utilizo en concreto la de Avène, no resulta nada agresiva para la piel y sin embargo retira muy bien el maquillaje de todo el día.

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Como soy muy maniática, no me vale sólo con esta limpieza, así que también utilizo un producto jabonoso de Estée Lauder, por si quedase aún algún resto, que me pongo en la cara haciendo espuma, éste en concreto hace mucha y huele muy bien, y que retiro con agua.

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Tras la limpieza, es el momento del tónico, para el que vuelvo a recurrir a Sisley porque es muy suave y poco invasivo.

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Para finalizar, hay que completar con una buena hidratación. En primer lugar, alterno un sérum de Chanel que descubrí hace cuatro o cinco meses (también hay otro para el día y uno más para fines de semana) que me encanta con un poco de agua termal de Avène.

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Y por último, hidratante y contorno de ojos ‘Le lift’ de Chanel. La crema es increíble, deja el rostro que no apetece ni maquillarlo, unifica la piel, hidrata y además no salen nada de brillos.

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Y una vez así, los dientes y a la cama…

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