Suelo bromear con la idea de que en un supuesto extravío de equipaje en el aeropuerto, prefiero mil millones de veces que pierdan mi maleta a mi neceser, porque el ‘precio estimado’ del segundo superar con creces el del primero. Y es que durante los últimos años he descubierto la importancia de invertir en ciertos productos como los zapatos, abrigos y, por supuesto, cosmética y maquillajes. No es que me maquille en exceso, todo lo contrario, suelo usar un look bastante natural, pero sí me gusta que los productos que utilizo no sólo no dañen mi piel, sino que además la cuiden.
Así, es importante que los cuidados de la noche sean los adecuados, porque puede resultar falta irse a la cama con los restos de maquillaje y polución en el rostro. Por ello, aunque reconozco que no voy sobrada de tiempo, sí que me tomo tiempo en mi rutina nocturna.
Lo primero es la limpieza. Comenzando con la de los ojos con un desmaquillante de Sisley que me encanta, porque con unas pocas gotitas y una pasada (sin frotar para no provocar arrugas) elimina hasta los restos del rímel más potente. Siempre con discos desmaquillantes grandes y suaves.
Después, con un nuevo disco, ponemos un poco de agua micelar, yo utilizo en concreto la de Avène, no resulta nada agresiva para la piel y sin embargo retira muy bien el maquillaje de todo el día.
Como soy muy maniática, no me vale sólo con esta limpieza, así que también utilizo un producto jabonoso de Estée Lauder, por si quedase aún algún resto, que me pongo en la cara haciendo espuma, éste en concreto hace mucha y huele muy bien, y que retiro con agua.
Tras la limpieza, es el momento del tónico, para el que vuelvo a recurrir a Sisley porque es muy suave y poco invasivo.
Para finalizar, hay que completar con una buena hidratación. En primer lugar, alterno un sérum de Chanel que descubrí hace cuatro o cinco meses (también hay otro para el día y uno más para fines de semana) que me encanta con un poco de agua termal de Avène.
Y por último, hidratante y contorno de ojos ‘Le lift’ de Chanel. La crema es increíble, deja el rostro que no apetece ni maquillarlo, unifica la piel, hidrata y además no salen nada de brillos.
Y una vez así, los dientes y a la cama…