Propósitos locos para una vida cuerda

soltarselamelena.jpgCansada de acumular año tras año listas de propósitos de año nuevo incumplidas, he decidido ser realista, en primer lugar, y dejar de acudir una y otra vez a tópicos que no me hacen feliz pero que parecen venir auto impuestos, para tener una vida en serie, normal, como tantas otras. El 2015 no ha sido mi año, y todos esos acontecimientos me han servido para darme cuenta de que lo que quiero para éste y los próximos ejercicios en mi vida es pasión. Pasión o intensidad –como a mí me gusta decir –. La intensidad suficiente como para “que bailen desnudos los pies” y “que te vuelvas tan loca, que no tengas remedio”, como canta Fabián en ‘Sálvalo’ –acertadísima, como siempre, recomendación de mi amigo Fernando Navarro, mi gurú musical personal –.

Y es que la última frase parece sacada de mi cabeza. Seguro que a todos os ha pasado más alguna vez, que escucháis algo en una canción que describe perfectamente lo que sentís y no habéis sido capaces de traducir en palabras. La rutina, las obligaciones y las responsabilidades hacen que, a veces, en el remolino del día a día nos olvidemos de lo más importante, de vivir. Por eso, este año me he propuesto, como meta principal, vivir un poco más, entusiasmarme con cosas que me arrebaten por momentos la cordura. Y por eso, y aunque suene un poco a chiste, como primer propósito quiero volver a los ‘karaokes’, disfrutar de la música sin complejos. Seguro que hago muchas cosas mal pero os aseguro que nada puede superar a mi absoluta falta de oído, lo que en un momento determinado me retiró de los escenarios. Aún recuerdo mi última gran noche a ritmo de Bon Jovi intentando seguir la letra de “Someday I´ll be saturday night” en Pérez Casas con mi hermana y su amiga Ariadna; y algunas copas en el cuerpo también. Sin vergüenza, sin temores, sin complejos y sin ningún sentido del ritmo, pero qué bien lo pasamos. Por eso, para 2016, en mi apuesta decidida por soltarme un poco la melena, planeo mi regreso a las pistas.

También me he propuesto beber un poco más. No crean que voy a hacer apología del alcohol en este artículo pero, sin excesos, creo que no viene mal ponerle un poco de chispa a la vida. Durante el primer embarazo de mi hermana me acostumbré a beber con ella la cerveza 0,0 y como además dicen que no engorda permanecí en esta variante. Sin embargo, creo que ha llegado el momento de recuperar las cañas intensas, los vinos y alguna que otra buena copa en la madrugada. Y por una regla de tres, ¿qué faltaría? Pues siempre un poco más de sexo, y no es que yo me queje de mi frecuencia –que estoy encantada –pero estas cosas nunca están de más. Y quien diga que el sexo está sobrevalorado es que nunca ha tenido del bueno.

Por supuesto, en esta corriente también entrarían: más música, más rock and roll, más conciertos, más literatura, más cine del bueno, más viajes, más escapada improvisadas, más paseos, más ‘salir de cañas y liarse hasta la madrugada’, más largas conversaciones con botella de vino de por medio, más cafés con confidencias, más risas entre amigos,… y muchas muchas cosas más.

Y por supuesto, y como sé que esto lo leerá mi mentor (Ángel Montiel), más artículos escritos en tiempo y no enviados a última hora por culpa de mis “días de locos”. Te prometo que lo intentaré.

Con todo esto, estoy segura que este año la lista de propósitos se me hará mucho más llevadera y mi vida, mucho más intensa. Para que complicarse…

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