Come (bien), vive, trabaja

la foto 1Con este nuevo post quiero comenzar una pequeña sección dentro de Café Con Moka en la que compartiré algunos de los trucos y consejos que aplico en mi día a día para organizarme; unos propios y otros que he aprendido de otras personas (muchos de ellos de mi fantástica madre que es una mujer diez).

Como os ocurre a muchas de vosotras (y vosotros) a veces me resulta casi misión imposible cumplir en el trabajo, en el hogar, en la vida familiar, conyugar y social, y no morir en el intento. Ese momento en el que llegas a casa, después de una complicada jornada laboral, y descubres que no sólo tienes que prepara algo de cena sino que al fondo del pasillo te espera la habitación del pánico con una montaña de plancha de tres o cuatro lavadoras acumuladas (lo que más odio de las tareas domésticas es la plancha, por eso siempre aparece en mis escritos como el mal absoluto). Ese mismo instante es cuando, tras aguantar problemas, presiones y estrés en el trabajo asegurándote a ti misma que eres una mujer fuerte y que puedes con todo, rompes a llorar.

No siempre es fácil lograr el éxito en todos los ámbitos de la vida, eso es algo que ya he aceptado, sin embargo, con el tiempo he descubierto que hay ciertas rutinas o hábitos que uno puede ir incorporando poco a poco y que hacen mucho más llevadera la ‘carga’ de una mujer trabajadora, pero, sobre todo, que ayudan a reducir el estrés y la ansiedad por querer llegar a todo y no conseguirlo.

la foto 3Entre mis proyectos de año nuevo incluía, como el resto de mortales, comer mejor para estar en mejor forma, pero esto a veces resulta complicado cuando dispones de tan sólo una hora u hora y media, en el mejor de los casos, para el ‘almuerzo’ (como dicen los británicos), y más aún cuando en cuanto a cocina se refiere te cuesta distinguir entre sofreír y rehogar. Pero no soy una mujer que se dé por vencida rápidamente así que me he hecho con varios ejemplares de literatura gastronómica: ‘La Cocina de la Familia Ferran Adria’, libro al que dedicaré un post porque me ha resultado muy útil, y ‘La Cocina de Isasaweis’. Sí, ya lo sé, yo también me sentí muy ‘maruja’ la primera vez; pero con el tiempo y los resultados creo que me ha merecido la pena.

Desde esta adquisición, hace aproximadamente cuatro o cinco semanas, dedico parte del fin de semana (una media hora) a sentarme con estos libros de cocina y un ‘weekly menu plan’ (Planificador semanal de menú), bajado de Internet, que voy rellenando ayudada e inspirada por las recetas que encuentro en estos libros y adaptando las comidas al ritmo de cada jornada, ya que en mi vida ningún día es igual que otro. Este truco que he copiado y adaptado de una famosa bloguera (balamoda) me resulta de mucha ayuda porque no tengo que hacerme periódicamente la odiosa pregunta: ¿Qué comemos hoy? Con este ‘planning’ con sólo echar un vistazo a la puerta del frigorífico, donde lo tengo colgado, ya sé que toca comer al día siguiente y lo que tengo que dejar preparado o necesito comprar en una visita rápida al súper de vuelta de la oficina.

P.D. También me resultan de gran ayuda los ‘tupperware’ que mi madre, también mujer trabajadora, me prepara durante la semana (sinceramente no sé cómo consigue hacerlo) y que recojo en mis visitas a Caravaca.

Fotos de este fin de semana en casa de mi madre preparando el plan semanal de comidas. 

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