Noches de teatro

Mientras la mitad del país se derrite en plena canícula, la vida se desarrolla y comienza al caer el sol; cuando el termómetro abandona, por fin, los 40 grados, aunque no lo haga para descender mucho más. Es entonces cuando se reproducen algunas de las escenas más propias y características de nuestro verano: desde los corros de sillas a las puertas de las casas en los pueblos del interior, a las reuniones de chiringuito en las zonas costeras.

Es en esta época del año, también, en la que se concentran mayor número de encuentros musicales que hacen las delicias de los más festivaleros: desde el BBK, el MadCool o el Primavera Sound a los que disfrutamos en nuestra Región: El Festival de Jazz de San Javier, El Cante de las Minas o La Mar de Músicas.

Sin embargo, es también temporada de otro tipo de certámenes, quizás menos multitudinarios, pero que apelan directamente a una de las expresiones culturales más importantes en nuestro país: Los festivales de teatro y las representaciones al aire libre en las templadas noches estivales.

Precisamente, durante estos días se está celebrando en Caravaca de la Cruz la Semana del Teatro, que antaño gozó de un gran prestigio regional y que en los últimos años trata de recuperarlo con brillantes representaciones que traen al Noroeste actores y actrices de la escena nacional, pero que, tiempo atrás se nutría de jóvenes oriundos que daban rienda a sus pasiones en el querido y recordado grupo teatral ‘Escarnio’, del que mi madre formó parte representando algunas de sus obras: El Cuervo o Una noche de primavera sin sueño. Es por ello que en mi familia se trata de una cita querida.

Este festival sigue la estela de otros de gran renombre como el Festival de Teatro de Almagro, que tiene su principal sede en el antiguo Corral de Comedias que data del Siglo XVII y que se encuentra perfectamente conservado, o el Festival de Teatro de Mérida, que cuenta con el antiguo Teatro Romano como majestuoso escenario, lo que, ya de por sí consigue que cualquier representación se convierta en una gran experiencia para los espectadores.

Pero siendo el de Caravaca un avezado hermano pequeño, cumple su función sin complejos, pues, desde el más pequeño al más célebre, se trata de acercar al público un género literario que cuenta con una gran tradición aprovechando las agitadas y propicias noches de verano.

Deja un comentario