Orgullosamente

Asistimos hace unos días a la censura de la representación teatral de ‘Orlando’ una novela autobiográfica de una de las más destacadas escritoras del modernismo anglosajón del siglo XX. En ella la mismísima Virginia Woolf relata algunos pasajes de la vida de la que fuese su amante, la también escritora Vita Sackville-West. Y si entonces, en 1928 cuando se publicó, pudo enfrentarse a ciertos tabúes como la homosexualidad o la sexualidad femenina, es incomprensible que a día de hoy esto sea motivo de escándalo. Aunque hay que recordar que aquí se publicó, de forma bien tardía, en 1977 tras un contexto de régimen franquista.

Como pondría el poeta y dramaturgo granadino en boca de la liberal Mariana Pineda – en la obra del mismo nombre que se estrenaría en 1927 con decorados y vestuario del mismísimo Dalí – mientras esperaba su propia ejecución al negarse a delatar a sus compañeros: “En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida”.

Y es que, aunque no suelo entrar demasiado en debates políticos o ideológicos, creo que es hoy mas necesario que nunca sentir el ORGULLO de ser quienes somos e izar bien alta esa bandera, ya que por el camino han quedado algunas vidas y trágicos finales, muchos amores frustrados, e incontables historias tristes y existencias incompletas.

Se ha conseguido tanto en este país, con mucha lucha y reivindicación, para que nadie tenga jamás que volver a esconderse. Para que nadie sea privado de amar. Para que nadie sienta culpa por su deseo. Es tan bonito saber que cualquiera puede quererse a plena luz del día y a todo color que me produce auténtico pavor pensar en volver a una España oscura, escandalizada y represora. Esa no es la patria que quiero para mis hijos.

No quiero un país de silencios, de vergüenzas, de reproches, de insultos y delatores. No quiero un país acomplejado que señale y condene. No quiero tiranías de los que se consideran normales. No quiero un país en el que ‘maricón’ sea una ofensa, un agravio o una humillación.

Yo soy de la España de Luis Cernuda, de Antonio Gala, de Carmen Conde, de Jacinto Benavente, de Pedro Almodóvar, de Gloria Fuertes, de Miguel Poveda, de Elvira Sastre, de Nacho Duato y, también, de María del Monte, entre otros.

Sin duda, soy de la España de García Lorca. De una España de la que sentirse ORGULLOSA.

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